Las tres leyes de la robóticaque dictó Asimov en 1942 se están quedando cortas para regir elcomportamiento del ejército de robots que se nos viene encima,especialmente en Japón, donde su amor por los robots humanoides sumado al envejecimiento de la población ha generado una industria que podría alcanzar los 10.000 millones de euros en 15 años.
Así las cosas, el poderoso MITI,el Ministerio de Economía, Comercio e Industria japonés ha redactado undocumento de 60 páginas titulado “Guía para garantizar elfuncionamiento seguro de la nueva generación de robots” en el que sedetallan los estándares de seguridad y comportamiento que deberíancumplir los androides. Por ejemplo, si la primera ley de la robóticaafirma que “un robot no puede hacer un daño a un ser humano o, porinacción permitir que sufra daño”, el código japonés la desarrolla ypropone que los robots “incorporen los medios para comunicar cualquierdaño que sufran las personas a las que deben proteger”. Además, sugierela instalación de una base de datos central que registre las heridasque sufran los humanos a manos de robots.
Sentenciamos: Si en “Yo, Robot” la aplicación de las tres leyes generaba conflictos, qué no pasará con el convenio colectivo robótico